Leyenda de Sandy: El señor Sandy, hombre de color, de origen Trinitario, llego a Quiriquire alrededor de los años 30 con motivo de la explotación Petrolera. Cuentan las personas que le conocieron, que era un hombre de aproximadamente 2mts de estatura, ojos brillantes, ataviado con sombrero de fieltro, botas caña alta, ropa de caqui y colgando de su brazo un impermeable negro; después de su trabajo en las petroleras, se dedicó a la agricultura en los alrededores del Bajo el Río, diagonal al matadero de Quiriquire, donde mantenía una pequeña finca de frutales con cocoteros, naranjos y cacao; lucia pintoresco, aunque poco comunicativo, limitándose a saludar sólo con su cabeza a los parroquianos que pasaban a su lado; era una persona que generaba respeto y consideración con su presencia, de quién se decía que mantenía prácticas religiosas no comunes y que seducía a los obreros de la industria petrolera para dicha práctica, rindiendo cultos en las montañas al Norte del poblado de El Limón, donde según, después de ensalmar a sus seguidores, se internaban en horas de la madrugada a dicha montaña llevando consigo sendos picos y palas para buscar una mina de oro que según él, se encontraba en dicha montaña, específicamente, en los alrededores de El Cerro de El Zamuro. Cuentan quienes le conocieron, que al salir de madrugada se alumbraban con lámparas de querosén, velas, o hachos de madera para transitar ese paraje enmontado; partiendo los días Sábados y regresando el Domingo por la noche, jamás se produjo el descubrimiento de la mina prometida, algunos moradores de Quiriquire, sostenían, que habían excavado en dicho sector una galería de más de 500mts y que la misma en los años 60 sirvió de albergue a los grupos guerrilleros que en esos años acamparon en dicho sector. Para algunas personas los seguidores del señor Sandy debían contribuir con cierta cantidad de dinero para los “gastos operativos”. El señor Sandy murió a principio de los años 60, a su muerte, sus seguidores se dispersaron por el Oriente del País y algunos aun mantienen prácticas del culto que él regentó.
La Carreta Diabólica: Cuentan los vecinos de el sector de La Rasquiñaen Tropical lugar donde se encuentra el Cementerio de los Norteamericanos pioneros de la Industria Petrolera en Quiriquire conocido como el Cementerio de los Gringos; que en las noches pasada las doce se oye el tropel de una Carreta tirada por Caballos donde el conductor y arriero fustiga a los caballos con un mandador y se siente pasar repetidas veces a velocidad vertiginosa a lo largo de la calle principal razón por la cual los moradores se recogen temprano y no son capaces de asomarse para ver que és lo que sucede y como son las características del “espanto”. Sirviendo a la vez dicho acontecimiento como medida coercitiva para castigar el mal comportamiento de los niños prometiéndoles echarlos fuera de la casa a la media noche para que el hombre de la Carreta se los lleve.